Los copépodos y sus potencialidades biorreguladoras en el control de zancudos.

Rigoberto Fimia Duarte, Celia Maria Pina Navarro, Angel Quirós Espinosa, Nicolás León Vega

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Resumen

Los copépodos que nadan libremente en las aguas dulces constituyen un grupo de microcrustáceos que pueden encontrarse en casi todos los tipos de hábitat, auque no son tan abundantes como los copépodos marinos, las especies de agua dulce constituyen no obstante, un eslabón muy importante en la trama alimentaría acuática1,2. En ella se incluyen especies herbívoras y carnívoras, comedoras de detritus, pequeños invertebrados, fitoplancton y otros microorganismos1. Los copépodos son, por así decirlo, parientes diminutos de los cangrejos, de los camarones y las langostas. Se les considera con justicia, los metazoarios más abundantes del planeta, incluso por encima de los insectos y de los nemátodos3 .De las cerca de 12000 especies de copépodos conocidas, unas 7500 son de vida libre, y de ellas se reconocen más de 1200 como propias de aguas continentales. Como grupo, los copépodos de agua dulce pueden conformar porcentajes relevantes de la biomasa zooplánctica y litoral, ecológicamente, los copépodos representan el nivel de los consumidores primarios y las formas depredadoras forman parte de los consumidores secundarios4,5. Aunque son cuatro los órdenes de copépodos de vida libre representados en aguas continentales (Calanoida, Cyclopoida, Harpacticoida y el recientemente descrito Gelyelloida, propio de aguas intersticiales profundas), en el plancton de la mayor parte de los lagos templados y tropicales la fauna de copépodos no es tan diversa como en el mar, un ambiente que pocos han podido conquistar es el de las corrientes superficiales rápidas; sin embargo, son comunes en los fondos de arroyos y ríos


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