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CARTA AL EDITOR

A propósito del artículo Estado periodontal en pacientes diabéticos. Zaza del Medio. Sancti Spíritus. 2010

Señor editor:

Deseamos llamar la atención sobre el artículo: Estado periodontal en pacientes diabéticos. Zaza del Medio. Sancti Spíritus. 2010, publicado en la revista Gaceta Médica Espirituana en el volumen 2013; 15(1).

La diabetes mellitus es un síndrome endocrino-metabólico, el cual padece una porción considerable de la humanidad, causado por un defecto heredable para utilizar los carbohidratos, lípidos y proteínas, secundario al déficit relativo o absoluto de insulina. Clínicamente está asociada a una aumentada susceptibilidad a las infecciones agudas, ya que se produce un retardo en la formación de leucocitos y una disminución de su actividad. Se caracteriza por una condición genuina que es la hiperglucemia y que favorece la progresión de muchas enfermedades. No existe lesión oral patognomónica de ella, pero no es infrecuente detectar caries, candidiasis, cicatrización retardada, tendencia a infecciones orales, odontalgia atípica, úlcera en mucosas y otras1.

La evidencia de una asociación entre la diabetes y la periodontitis es la siguiente:

  • plausibilidad. La diabetes tipo 2 es precedida por la inflamación sistémica, lo que lleva a una reducción de la función pancreática de las células β, la apoptosis y la resistencia a la insulina. El aumento de la evidencia científica apoya que la inflamación sistémica elevada (de fase aguda y los marcadores de estrés oxidativo) es resultante de microorganismos periodontales y sus factores de virulencia que entran en la circulación, lo que proporciona mecanismos biológicamente admisibles que sustentan el impacto adverso de la periodontitis sobre la diabetes y sus complicaciones.
  • datos epidemiológicos. Existe evidencia consistente que demuestra que la periodontitis severa afecta adversamente el control glucémico en la diabetes, y la glucemia en los pacientes no diabéticos. Además, en los pacientes con diabetes hay una relación directa y dependiente entre la dosis y la gravedad de la periodontitis y las complicaciones de la misma. Las nuevas pruebas indican un mayor riesgo de aparición de la diabetes en pacientes con periodontitis severa.
  • estudios de intervención. Ensayos clínicos controlados demuestran que el desbridamiento de las bolsas periodontales en la terapia periodontal se asocia con una reducción de aproximadamente el 0,4 % de hemoglobina glucosilada (HbA1C) a los tres meses del tratamiento. Un impacto clínico equivalente existe al añadir un segundo medicamento a un régimen farmacológico de la diabetes2.

A pesar de la variación y limitaciones en la literatura médica, la evidencia actual apoya el concepto que las enfermedades periodontales contribuyen a un pobre control glucémico en personas con diabetes y el tratamiento periodontal no quirúrgico puede mejorar el control glucémico en pacientes con diabetes al punto que pacientes diabéticos bien controlados mantienen salud periodontal3.

Por ello consideramos pertinente el artículo: Estado periodontal en pacientes diabéticos. Zaza del Medio. Sancti Spíritus. 2010, el cual convoca a todos los estomatólogos, médicos y profesionales de la salud a intervenir en la prevención, el diagnóstico precoz y el tratamiento eficaz de las enfermedades periodontales con el objetivo de luchar contra los efectos negativos sobre la salud bucal y sistémica, a favor del individuo y de la sociedad, dado que la identificación de pacientes con enfermedad periodontal avanzada puede ser un elemento clínico relevante para sospechar de una diabetes no diagnosticada, y a su vez el tratamiento de la enfermedad periodontal puede tener un efecto positivo en el control metabólico de la diabetes.

Maria de la Caridad Casanova Moreno, Maricela Trasancos Delgado
Pág(s):1-3
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EDITORIAL

Hipertensión arterial: el diagnóstico del daño en órganos diana en etapa subclínica

Sr Editor:

La hipertensión arterial sistémica en la actualidad es una compleja enfermedad cardiovascular y no debemos considerarla como una mera alteración de los valores de la presión arterial, la práctica diaria nos muestra la presencia de estigmas de afección cardíaca, vascular, entre otras,  con mínimas o nulas elevaciones  tensionales que en ausencia del adecuado tratamiento pueden progresar mediante lesiones en sus órganos blanco o diana por lo que urge detectar a tiempo estos daños y evitar la muerte de estos pacientes. Considerando lo expresado debemos  incorporar nuevos medios diagnósticos que nos obliguen a pensar mucho antes de lo que lo hacemos en la actualidad.

El desarrollo científico-técnico aplicado a la medicina tiene múltiples aristas, especialmente en el diagnóstico y tratamiento precoz de las enfermedades y sus complicaciones. Su aplicación nos permite conocer la existencia o no de los daños en los órganos diana o blanco en las etapas subclínicas permitiendo disminuir la mortalidad en estas enfermedades y brindar una mayor calidad de vida. Entre ellas se encuentra la hipertensión arterial sistémica a la que hemos llamado durante décadas “El asesino o enemigo silencioso”1 y denominada en la actualidad “La Pandemia Silenciosa del siglo XXI”2 por sus características asintomáticas en la mayoría de estos pacientes solo se manifiesta (sintomáticos) cuando aparecen los daños en sus órganos diana.

El daño orgánico es el resultado de un proceso continuo y entre la normalidad y la evidencia clínica de estos, existe un espacio, una etapa intermedia donde  los síntomas y signos son prácticamente inaparentes, a esta etapa le llamamos “subclínica” la que se debe detectar a tiempo3.

Señalemos que pudiéramos utilizar estos signos sutiles de afectación acompañado o no de la presencia de factores de riesgo cardiovascular como estadío 1 o inicial de la hipertensión arterial, con cifras de presión arterial en el tan discutido término de “prehipertenso” del JNC-VII (PA:120-139/80-89), decidiéndose la necesidad de incluir tratamiento farmacológico orientado específicamente al daño orgánico puesto en evidencia. Conociendo esta realidad es necesario incluir y aplicar todos aquellos medios diagnósticos que nos alerten la presencia del daño en esta etapa permitiéndonos en lo posible detener, revertir o evitarlos.

En correspondencia con lo expresado debemos decidir los criterios a tomar en cuenta, en que momento, clasificación o categoría de paciente hipertenso sería de utilidad.

Partiendo de la correcta aplicación del método clínico y la  realización de un mínimo de exámenes4 que garanticen y permitan determinar la presencia del daño orgánico, resultando todos “negativos”, se deben realizar estudios adicionales en: hipertensos no controlados, de largo tiempo de evolución de la enfermedad, a partir de la 5ta década de vida (o con anterioridad si así se estimara), con  presencia de factores de riesgo múltiples, dislipidémicos, Diabetes Mellitus y en el síndrome metabólico.

     Órgano Diana a evaluar

Aparato cardiovascular:

  • corazón: no debemos omitir los criterios electrocardiográficos basados en voltaje (Sokolow-Lyon, Índice de Lewis, Gubner-Ungerleider, Cornell, R-V6/ R-V5, R en AVL), aunque la técnica más precisa para el diagnóstico de la hipertrofia ventricular izquierda lo ofrece el ecocardiograma, detectándose el índice de masa ventricular, el crecimiento auricular, el tipo de disfunción y los trastornos segmentarios de la motilidad 3-5.
  • sistema vascular arterial: el Doppler de la carótida extracraneal posee una gran importancia al ser posible detectar el aumento del grosor del complejo íntima-media igual o mayor a 0.9 mm o la presencia de placas de ateroma 3-6.
  • medir la velocidad de la onda del pulso permite conocer la distensibilidad de las grandes  arterias3-7.
  • el fondo de ojo en especial dilatado y la clasificación de Keith-Wagener y Baker, nos informa del daño en las pequeñas arterias.
  • el índice  media-luz de las pequeñas arterias retinianas parece prometedor 4-8 .

Renal:

  • la determinación de microalbuminuria permite demostrar la presencia de daño renal y puede considerarse de daño vascular sistémico, predictor de futuras complicaciones vasculares9.

Sistema Nervioso Central:

  • la resonancia magnética nuclear ha puesto al descubierto lesiones subclínicas en un 44 %  en el cerebro2.
  • la evidencia acumulada en la actualidad en múltiples estudios sobre la presencia frecuente del daño en Órganos Diana en la población hipertensa nos obliga incorporar estos medios diagnósticos para la detección precoz del daño orgánico subclínico en estos grupos de pacientes considerando los recursos disponibles en cada servicio o institución, sus hallazgos nos permitirían tratar al paciente con una mayor base científica y decidir el tratamiento farmacológico de inmediato en correspondencia con los mecanismos de acción de los medicamentos, permitiendo así una mayor longevidad y calidad de vida del paciente hipertenso 10 .
José Elías González Ybarzábal, Deysi María Chirino Ramadán
Pág(s):4-9
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ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN (Original)

Rodneys Mauricio Jiménez-Morales, Roger Cordero Montes, Diego Brunet Gómez, Yanet Macías Delgado
Pág(s):10-18
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Ing. Salvador Martín Leal, Gladys A. Rojas Sánchez.
Pág(s):19-26
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REPORTES DE CASO

Orlando F Sánchez Machado, Belkys Martínez Fando, Idalmi Palacios Madrazo, Ana María Lugo González, Teresa Quintana García
Pág(s):27-37
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Tumor fibroso localizado de pleura: reporte de un casoRESUMEN

Fundamento: los tumores fibrosos localizados de pleura son raros, de etiología incierta; la mayoría de los pacientes con esta enfermedad sobrepasan la quinta década de vida y más de la mitad están asintomáticos al diagnóstico, principalmente cuando los tumores son pequeños. Objetivo: describir el caso de una paciente con tumor fibroso localizado de pleura que, por su edad, sintomatología y por las características histológicas del tumor, representa una situación clínica infrecuente, con dificultades para el diagnóstico. Presentación de caso: mujer saludable, de 39 años, con dolor tóraco-lumbar persistente, de un año de evolución; en radiografía de tórax se visualizó imagen retro cardíaca izquierda corroborada por tomografía computarizada. Se realizó exéresis total de una masa de 4,8 cm, pedunculada, con origen en la pleura visceral, cuyo diagnóstico histopatológico fue un tumor fibroso localizado de pleura con características quísticas. Después de varios meses de seguimiento la paciente permanecía saludable y sin signos de recurrencia. Conclusiones: este caso constituye una forma infrecuente de presentación del tumor fibroso localizado de pleura por tratarse de una paciente menor de 40 años, con una sintomatología no frecuente y por el comportamiento benigno que ha tenido el tumor aunque presentó características quísticas

DeCS: NEOPLASIAS PLEURALES, TUMOR FIBROSO SOLITARIO PLEURAL
Palabras clave: pleura, neoplasias pleurales, tumor fibroso solitario pleural.

Geovanis Alcides Orellana Meneses, Katerin Gómez León, José Luis Lorenzo Rubio, Alexander Concepción López.
Pág(s):38-45
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