La educación nutricional desempeña un papel fundamental en la promoción de salud y la prevención de enfermedades crónicas asociadas, ⁽¹ entre estas, las que tienen un mayor grado de asociación con la alimentación; por ejemplo, las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, la diabetes y la enfermedad hepática grasa asociada a disfunción metabólica; esta última conocida como la hepatopatía crónica más frecuente y responsable de cirrosis y trasplante, y hasta el momento sin reportes de terapias efectivas. ²

El 20 % de los casos de esteatosis simple progresan a esteatohepatitis, de ellos, el 20 % evolucionan a cirrosis, y de estos, entre 5 % y el 10 % desarrolla hepatocarcinoma. ^3,4,5 No obstante, las primeras dos etapas de la enfermedad son reversibles, asimismo puede desarrollarse una labor preventiva a través de la educación nutricional al paciente, familia y comunidad, y de esa forma prevenirse este padecimiento. ⁶⁾ Por lo que es fundamental que el médico de la atención primaria de salud adquiera conocimientos y herramientas necesarias para el seguimiento y tratamiento dietético individualizado de estos pacientes.

Sin embargo, algunos resultados muestran que la información acerca de la educación nutricional en la formación médica es limitada y muchos profesionales médicos y estudiantes de Medicina aún carecen de habilidades necesarias para brindar información acerca de la nutrición humana. ^7,8

El análisis de la alimentación y la nutrición en los planes de estudio de la carrera de Medicina en Cuba, se observa de forma fragmentada en varias materias académicas, tanto en el pregrado como en el posgrado, ⁹ y por ello, Gutiérrez Maydata A, et al. ¹⁰⁾ plantea que, dada la relación crucial entre alimentación y salud, asimismo la nutrición, como ciencia aplicada, no debe limitarse a una sola asignatura en un momento específico de la carrera; en su lugar, debería integrarse en combinación con asignaturas que aporten bases conceptuales y procedimentales sólidas sobre nutrición humana, complementadas con contenidos significativos en áreas específicas.

Los médicos del primer nivel de atención pueden desempeñar un papel fundamental en la reducción de los impactos de la enfermedad hepática grasa asociada a disfunción metabólica, porque es el primer punto de contacto en el sistema de salud, además de estar en una posición estratégica para influir en los factores de riesgo y en la alimentación de estos pacientes mediante evaluaciones, consejos y derivaciones adecuadas. ¹¹

La educación nutricional es esencial en la prevención de la enfermedad como tratamiento, por lo que el profesional médico de la atención primaria de salud debe tener las herramientas necesarias para lograr la adherencia del paciente a un plan de alimentación adecuado; para ello es necesario la integración del aprendizaje formal con actividades prácticas, experienciales e interprofesionales para mejorar la calidad de la educación nutricional. ¹²

Por tal motivo, consideramos la importancia de la educación nutricional para la prevención de la enfermedad hepática grasa asociada a disfunción metabólica al igual que otros autores, ^13,14,15 por lo que se recomienda:

• La incorporación de actividades extracurriculares, cursos optativos y actividades científicas en el pregrado, que puntualicen conceptos fundamentales y actualizados sobre nutrición y educación nutricional para garantizar que los futuros médicos adquieran habilidades prácticas para el cuidado nutricional.

• Aplicar herramientas pedagógicas validadas como es el aprendizaje basado en problemas o situaciones reales de pacientes con esta enfermedad, y que promuevan habilidades esenciales en los estudiantes.

• Incorporar módulos de temas relacionados con la nutrición en la formación de especialistas de atención primaria y reforzar la importancia tanto del índice de masa corporal como el perímetro abdominal.

• Los conocimientos y habilidades deben estar en consonancia con modelos internacionales para asegurar un mensaje uniforme y efectivo a los pacientes, pero contextualizarlo a la comunidad específica en la que se trabaja y a la vez individualizado a cada paciente al considerar las necesidades y características únicas.

• En la educación médica continua los programas de educación nutricional se deben diseñar acorde con las estructuras organizativas docentes (cursos, talleres, debates científicos) para actualizar a los médicos acerca de los avances en la nutrición y las técnicas como la entrevista motivacional para mejorar la eficacia al aconsejar a estos pacientes.

• Fomentar el trabajo en equipos multidisciplinarios, integrados por médicos primarios, gastroenterólogos, endocrinos y nutricionistas, así aprovechar las fortalezas específicas de cada disciplina, lo que permite una atención integral y coordinada.

• Utilizar tecnologías de la información en nutrición y salud para mejorar la práctica médica, promover la educación en salud y ofrecer atención personalizada y eficiente a los pacientes.

• Incentivar investigaciones sobre la efectividad de las intervenciones educativas que midan el impacto en el conocimiento médico, las actitudes hacia la nutrición y los resultados clínicos en pacientes.

El papel de los médicos de atención primaria en el tratamiento y el seguimiento de las afecciones nutricionales, en particular de la enfermedad hepática grasa asociada a disfunción metabólica es primordial; así como la ejecución de estrategias de atención médica preventiva. Por ello, es ineludible preparar a estos profesionales de la salud con la formación y los recursos necesarios para prevenir y disminuir la morbilidad de la enfermedad y destacar de forma eficaz la importancia de la educación nutricional en la atención al paciente, además de contribuir a una atención más integral y preventiva.