En la literatura revisada encontramos pocos artículos que hayan investigado el uso de las bibliotecas médicas por los especialistas en formación. No obstante, algunos autores en sus estudios ^8,9) han observado que los residentes presentan dificultades para realizar las búsquedas de información por sí solos, donde el 71.4 % de ellos dependen de otras personas, principalmente el tutor del trabajo de terminación de la especialidad, y tan solo el 28.6 % realizan personalmente la búsqueda de bibliografías, lo cual muestra que la visita a la biblioteca médica no es muy frecuente.

Otro estudio incluye en la visita a todos los usuarios, por ejemplo, para Castillo Montes de Oca ER, et al ⁴ la visita varias veces a la semana, tanto por alumnos como por profesionales, resulta la de mayor porcentaje en la biblioteca de la Universidad de Ciencias Médicas de las Tunas, con el 30.5 % y 20.0 %, respectivamente. Por otra parte, hay estudiantes y profesores que ocasionalmente dedican parte de su tiempo para ir a la biblioteca y esto está representado en un 15.5 % y 16 %, respectivamente.

Se comparte el criterio de diferentes autores, los que identifican que la poca asistencia a las Bibliotecas de Salud está relacionada con la presencia de bibliografía no actualizada, principalmente la literatura impresa, la pobre calidad de las fuentes y el acceso limitado a Internet, la contaminación acústica por el ruido, el eventual trato inadecuado y la falta de promoción. ^5,10,11

Además de lo anterior, los autores consideran que algunos residentes tienen como motivos explícitos para no usar la biblioteca médica el horario de la misma y la distancia del área donde se encuentran prestando el servicio médico, fundamentalmente aquellos ubicados en zonas rurales.

El médico residente recibe una exigencia asistencial por parte de los profesores del Grupo Básico de Trabajo para cumplir cotidianamente con las actividades de los programas de control, que minimiza la utilidad de la biblioteca médica como medio predeterminado de búsqueda y aprendizaje para la formación científico-técnica con el fin de lograr un médico competente, capaz de solucionar los problemas de salud de la población. Por otra parte, la biblioteca presenta un déficit de computadoras para los usuarios y carece de otros avances tecnológicos para resolver sus necesidades informativas.

Los servicios prestados por una biblioteca son los elementos claves para atraer a los usuarios. En el caso de los residentes de MGI fue la búsqueda de información el servicio más demandado. En este mismo contexto se reconocen que, en el desarrollo científico y académico, la búsqueda de bibliografía es trascendental, pues implica consultar distintas fuentes de información (catálogos, bases de datos, buscadores, repositorios y demás) y recuperar documentos en distintos formatos. ¹¹

Asimismo, no se encuentran en esta investigación, evidencias que demuestren la realización de actividades de extensión en las bibliotecas de salud de Camagüey, que son las encargadas de atraer a todos los usuarios que por diversas razones no asisten a ella.

Para Castillo Montes de Oca ER, et al ⁴⁾ alcanza mayor porciento el préstamo de libros. Le sigue el servicio de búsqueda bibliográfica y el menos conocido es el de extensión bibliotecaria, resultados algo disímiles al presente estudio.

Ruiz J y Cerrillo JA ² consideran que el préstamo de libros por la biblioteca es un servicio que se conoce en la mayoría de los casos por propia experiencia, pero que apenas se usa en la actualidad, dado por el esfuerzo en su búsqueda y las preocupaciones por su devolución.

Es importante para los autores, el análisis del trabajo realizado por la biblioteca médica desde el paradigma cuantitativo y cualitativo de su quehacer, que denota que en lo concreto en el Policlínico es subvalorado el desarrollo de los procesos formativos del residente, a exclusión de la asistencia médica. Ello trae consigo que a pesar de que la biblioteca posee el personal suficiente (bibliotecarios y gestores de información), hoy por hoy es subutilizada y no explotan todos sus servicios.

En relación a la fuente de información más utilizada por los médicos residentes los resultados difieren de los encontrados en la biblioteca de la Universidad de Ciencias Médicas de las Tunas, donde sigue siendo el libro la fuente de información más empleada, seguida de las revistas y los folletos. ⁽⁴

Es vital la adquisición de competencias informacionales en el residente porque es en el primer año cuando comienzan la búsqueda bibliográfica para utilizar la información en la confección del proyecto de investigación, según Gainza González BA, et al. ⁽¹¹ Y es precisamente aquí donde debe ser capaz de mostrar habilidades en la consulta de las diversas fuentes de información.

A criterio de los autores, las revistas son consideradas como la vía más importante en la transmisión del conocimiento científico, pues ofrecen posibilidades de búsqueda de contenidos actualizados, lo cual favorece la comunicación científica, sin dejar de reconocer que el libro, durante varios siglos ha sido una de las fuentes de información más valiosa para investigadores y sociedad en general.