A propósito del artículo “La violencia como problema de salud. Miradas desde la realidad cubana”

Sr. Editor:

“La violencia como problema de salud. Miradas desde la realidad cubana”, (1 es un artículo de revisión publicado en la Gaceta Médica Espirituana en el 22(1) de 2020, en el cual se profundiza en aspectos esenciales para el tratamiento de la violencia como un problema de salud, asimismo en el rol de los profesionales de la salud en la atención de este; concluye con pertinentes valoraciones al respecto.

La violencia como un problema de salud se encuentra entre las prioridades de la salud pública debido a su magnitud y las nefastas consecuencias que causa a la salud; 1 por lo que es favorable presentar a la comunidad científica este posicionamiento con datos actualizados, como el que nos ofrece el articulo antes mencionado. 1

En el tratamiento de este fenómeno es importante tener en cuenta que la que la OMS y la OPS identifican a la violencia como un problema de salud y a su vez señalan la posibilidad de reducirla a través de acciones preventivas promocionales.

Se testifica en el artículo, la presencia de la violencia como marcador de riesgo en la aparición de múltiples enfermedades, lo cual puede ocasionar incluso la pérdida de la vida; radica allí la necesidad urgente de entrenar a los profesionales de la salud en el tamizaje, en la asistencia y derivación de este flagelo.

Resulta principio teórico conceptual la mirada a la violencia no como un problema sin solución, ni una condición intrínseca a la naturaleza humana. Se necesita progresar en el análisis de los factores que conducen a este problema complejo y las posibles respuestas (nada espontáneas) para su solución.

Ha sido muy oportuno en el artículo, contrastar a través de investigaciones, la presencia de la violencia en sus diferentes manifestaciones y las “lagunas” en la preparación del personal de salud para enfrentar esta problemática.

Se muestra que la violencia es un fenómeno presente en la cotidianidad individual, familiar y comunitaria, que puede expresarse de modo explícito y sutil. Se revela en los espacios reales y virtuales lo que daña la salud del ser humano.

Relacionado con el rol de los profesionales de la salud en la Atención Primaria expuesto en su artículo, 1 resulta de mucha utilidad la evidencia de estudios presentada por las autoras donde se señalan las limitaciones del Equipo Básico de Salud en su desempeño al descuidar en ocasiones el pesquisaje, registro y seguimiento adecuado de los pacientes que sufren violencia e ignorar, o no reconocer, los principales signos de alarma. En este sentido datos pudieran también apoyar lo planteado por estas autoras, es el hecho de que en el Anuario Estadístico Nacional de Salud que 2 del año 2018, no se registra la violencia en alguna de sus tipologías y manifestaciones y en las hojas de cargo de los profesionales de la Medicina en la provincia Cienfuegos no se diagnostican los casos de violencia en algún grupo etario.

Atendiendo a lo referido en párrafos anteriores sería necesario, también preguntarse: ¿cómo se presenta este fenómeno de la violencia en estudiantes de las Ciencias Médicas y de la Salud, si se sabe que dentro de sus actuaciones como futuros profesionales se encuentra su tratamiento? En estudio exploratorio realizado en la Universidad de Ciencias Médicas de Cienfuegos; 3 se evidenció que el 24 % de los estudiantes de Medicina en sus primeros años perciben que hay violencia en los noviazgos existentes en la institución y tienen un conocimiento bajo de la tipología de sus expresiones.

El conocimiento que se tiene de la existencia de violencia en estudiantes de las Ciencias Médicas y de la Salud, y su profundización explicativa, es aún insipiente. La presencia de violencia en la vida de estos futuros profesionales en cualquiera de sus manifestaciones y estos no ser capaces de identificarla tiene serias repercusiones en el futuro graduado tanto en lo personal como en lo profesional. Es importante tener en cuenta que solo el hecho de ser estudiante o profesional de la salud no impide que estas personas puedan ser víctimas de violencia o perpetradores del maltrato en sus espacios familiares, laborales, comunitarios, incapaces de identificar el ciclo de la violencia en que se encuentran y eliminarlo. Esta es una de las razones por las que se hace necesario continuar investigando a esta población; que permita realizar actuaciones correctoras apoyadas por la ciencia. Es imposible que un profesional de la salud que perviva, tanto como perpetrador y/o como víctima de la violencia, pueda atender a pacientes y población, en sentido general, en situación de violencia y desarrollar actuaciones y servicios sostenibles y eficientes.

En Cuba se aplica una política de tolerancia cero ante delitos de violencia en cualquiera de sus modalidades, que se plasma mediante un conjunto de acciones y medidas, estas aún son perfectibles en su concreción.

El Sistema Nacional de Salud en Cuba, por el carácter estatal y social de la Medicina, accesibilidad, cobertura universal, gratuidad de los servicios de salud y la participación activa de la población en los diferentes programas, ha contribuido a elevar los indicadores de salud de toda la población. Constantemente se perfecciona el sistema de salud en la organización y atención de sus servicios, programas y estructura, perfeccionando la calidad de los servicios en todos los niveles de atención vistos como sistema.

Se han realizado mejoras al Programa del Médico y Enfermera de la Familia perfeccionando los planes, programas de estudios y la literatura docente de las especialidades médicas, donde se ha incorporado el enfoque de género. El tema de la violencia fue insertado en la carrera de Medicina y en el posgrado de la especialidad de MGI.

El Grupo Nacional para la Prevención y Atención a la Violencia Intrafamiliar al cual se integra Salud Pública, desarrolla acciones de capacitación, educativo-preventivas, atención, investigación, legislación, divulgación en el abordaje de este flagelo, como como parte de los acuerdos del Plan de Acción Nacional de Seguimiento a la Conferencia de Beijing, de 1997. 4

A pesar de que el sistema de salud en Cuba ha contribuido a mejorar la atención integral a las personas, acciona en el enfrentamiento a todas las formas de violencia y prepara a sus profesionales, esta cuestión sigue aún irresuelta, como aseveran las autoras del artículo. 1 Si bien es un fenómeno complejo que no puede ser tratado con soluciones superficiales, en la actualidad en el país, el sistema de salud con el personal y las instituciones de salud que lo integran, está en condiciones de modificar algunas actuaciones de sus profesionales en esta cuestión. Una alternativa, como concluyen las citadas autoras, se encuentra en identificar las necesidades de aprendizaje del personal de la salud y viabilizar efectivos procesos de capacitación al respecto.

Como respuesta a este llamado y para contribuir a la preparación de los profesionales de la salud para el enfrentamiento a este problema de salud, en la provincia de Cienfuegos se elaboró por un equipo de investigadoras de la Universidad de Ciencias Médicas, un manual para la ayuda a mujeres víctimas de violencia íntima (5 y una guía de orientación y ayuda psicológica dirigida a profesionales que realizan atención por línea telefónica relacionado con la violencia de género. La motivación principal en la elaboración de este manual fue la de ofrecer procedimientos útiles, factibles, pertinentes, eficientes y eficaces dirigidos a todas las personas sensibilizadas con la meta de mejorar el bienestar subjetivo, reducir la cronificación y la escalada del daño, elevando los años de vida vividos con salud de aquellas mujeres en situación de violencia. En ese recurso se muestran procedimientos, recursos, técnicas interventivas multimodales y pautas de atención; cuenta con ejemplos resueltos y responde a necesidades de aportar información.

La guía de orientación y ayuda fue elaborada en la situación emergente de la Covid-19 ante el reclamo de la máxima dirección del país y del Minsap de activar la Línea 103, llamada CONVIDA 2020; esta se ha ido perfeccionando para la apertura de un servicio en línea que atendería a personas en situación de violencia de género en tiempos poscovid-19 ante el incremento de la demanda de atención por violencia de género registrada. La guía responde a la necesidad de fijar pautas para la atención individualizada y obtener experiencias de buenas prácticas en materia de atención y coordinación en el proceso de atención a las sobrevivientes de la violencia de género.

En el camino para la erradicación de la violencia serán muchas las interrogantes y requerimientos de precisión en el análisis teórico-práctico acerca de las posibilidades de su tratamiento. Esta carta, que se hace eco del artículo “La violencia como problema de salud. Miradas desde la realidad cubana”, pretende también ser una invitación a la discusión y al debate de los elementos teóricos y metodológicos que hagan posible hacer frente de manera adecuada a la violencia como un problema de salud. Los profesionales de la salud tienen el encargo de desarrollar buenas prácticas en pesquisa, tamizaje, así como en todas las actuaciones preventivas, diagnósticas y terapéuticas que realicen.

Es impostergable definir y observar la magnitud del problema, identificar sus causas, formular y poner a prueba modos de afrontarlo y aplicar ampliamente las medidas de eficacia probada como recomienda la OMS. 6

En la humanidad a lo largo de los siglos ha prevalecido una cultura de la violencia que ha calado hondo en todos los espacios de la sociedad: “Arma virumque cano” (le canto a las armas y a los varones), dice Virgilio en su obra “La Eneida”, reflejo de la entronización en el ideario e imaginario de la humanidad de una respuesta a la vida desde la agresión y desde posicionamientos de una masculinidad expresada a través de conductas violentas. Pero la realidad evidencia que una cultura de paz y cuidado es posible, que nunca la violencia es la solución de los problemas, ni mantenerse indiferentes ante sus terribles consecuencias. La comunidad científica está llamada a seguir trabajando en el tratamiento del tema con la consiguiente preparación de los profesionales para afrontarla y prevenirla.

Queremos agradecer a los autores del artículo el trabajo realizado y a la revista por la oportunidad de presentar nuestras consideraciones.

Atentamente,

Yamila Ramos Rangel y Laura Magda López Angulo

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Historial:
  • » Recibido: 24/08/2021
  • » Aceptado: 12/10/2021
  • » Publicado : 03/12/2021


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